2 de enero de 2014

Sin príncipes azules, por favor.


Hace un par de meses publicaron una columna titulada "Sin príncipes azules, por favor" y de la cuál se ha extraído lo siguiente:

Bella, de la saga Crepúsculo, dio hasta su vida por amor y dejó de ser humana por su Edward, un vampiro. Aurora, la bella durmiente de Disney, se salvó del sueño eterno con un beso de amor del príncipe azul. Su salvador. 

“Hay muchos esquemas de dominación y sumisión por derribar. Mitos del amor romántico que ofrecen a los jóvenes la idea de que hay que darlo todo por la otra persona. Eso les lleva a inmolarse y ceder ante la subjetividad del otro”.

Todo el mundo conoce la teoría y el fenómeno de la violencia de género, sin embargo, se suele identificar sólo cuando esta violencia es física. 
Para atajar el problema, la prevención es la clave. Y es a través de la educación en los jóvenes donde se puede interrumpir los comportamientos machistas y romper la cadena de violencia.




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